Friday, May 25, 2012

Cueste lo que cueste - Historia de un Amigo

Muy buenas tardes a todos! Ya en vísperas de un nuevo fin de semana, por acá de nuevo reportándome... Hoy quería compartir con Uds una breve historia, sobre un evento al cual asistí ayer, de mi buen amigo Domingo Cabrera... Para quienes no saben quien es, es un fotógrafo galardonado no sólo en Venezuela, sino también en Europa... Pero más que hacerle publicidad a sus servicios, ayer en el lanzamiento de su nueva página, me enteré de cómo fue su inicio, y me pareció que va muy en línea con este blog... Resulta que Domingo decidió dejar la carrera de computación, para convertirse en Fotógrafo... Obviamente esta noticia, no fue muy bien recibida en su casa! Domingo se trazó la idea de trabajar con otro fotógrafo muy conocido llamado Marco Mancera. Domingo se acercó a Marco en un seminario, y le dijo "Yo quiero trabajar contigo"... Pero imagínense, si Uds trabajan en algo, y de repente se les aparece un desconocido con esa propuesta... Seguramente se convertiría en simplemente un cuento cómico para echar en una parrillita. La diferencia estuvo en lo siguiente: Semanas después, Domingo se aparece en otro seminario que está dictando Marco Mancera, pero resulta que usó los recursos que tenía para viajar al interior y asistir al evento. Para Domingo donde dormir, o comer, quedó en un segundo plano... y fue esta determinación, esa demostración de compromiso con su palabra, lo que hace que Marco Mancera, le dé una oportunidad a Domingo... para trabajar juntos. El resto de la historia, bueno... es historia. Hoy en día Domingo es un fotógrafo muy exitoso, y se ha labrado su propio futuro con compromiso y muchas noches largas de trabajo! La reflexión para nosotros hoy es: ¿Será que tú tienes algo, por lo cual estés dispuesto a invertir todos tus recursos sin escatimar? ¿Estás dispuesto a hacer lo que sea necesario por hacer cumplir lo que te prometes a ti mismo? Parecen preguntas sencillas, pero en realidad no lo son, y en ellas puede encontrarse una felicidad más profunda! Dios los bendiga, Federico Ruiz